Intentar volver a la normalidad después de las fiestas puede ser difícil. Un poco de vino caliente seguido de un desayuno grasiento y los dulces navideños pueden llevarnos a una rutina poco saludable. Acá les compartimos algunas reglas simples para empezar a cuidarnos:
  • ¡Comé comida de verdad! – ¿Qué significa esto? Comer alimentos en su estado natural. Las verduras y frutas orgánicas están llenas de antioxidantes, fitonutrientes, vitaminas y minerales, básicamente todo lo que necesitamos para mantener un cuerpo sano. Comer una amplia variedad de frutas y verduras de diferentes colores siempre es una opción saludable. Cuando mires tu plato asegúrate de que el 80% sean vegetales frescos o ligeramente cocidos. El otro 20% debe ser granos orgánicos como arroz integral, mijo, quinua, nueces y semillas, proteínas orgánicas/de pastoreo y grasas saludables.
  • Minimizar la ingesta de alimentos procesados – Los alimentos que se procesan generalmente vienen en una caja o bolsa y tienen una larga vida útil. Estos incluyen cosas como galletas, papas fritas, cereales y mezclas para pasteles, y tienen poco o ningún contenido de agua.
  • Comer grasas saludables – Las grasas saludables son importantes para proporcionar energía, membranas celulares saludables y equilibrio hormonal. Una lista corta de ejemplo: palta, aceite de coco, aceitunas, nueces, semillas, aceite de oliva, lino, salmón. Evite la manteca, los alimentos fritos y cualquier cosa con aceite “parcialmente hidrogenado”.
  • ¡Beber agua! – Nuestro cuerpo es aproximadamente 60% agua; beber 8 vasos al día mantiene el equilibrio de líquidos, que transporta nutrientes, regula la temperatura corporal y digiere los alimentos. La deshidratación reduce los niveles de energía y la función cerebral. Podés infundirla con hierbas frescas, fruta o una pizca de stevia para obtener dulzura.
  • Comer con las estaciones – Comprar productos de los mercados de agricultores es una excelente manera de ver que es fresco y estacional. En los meses más fríos, hay que comer más alimentos calientes como sopas, tés y especias como la canela, la pimienta y el ajo. En los meses más cálidos, elegimos alimentos refrescantes como jugos verdes, ensaladas con ingredientes como lechuga, pepino, sandía y especias refrescantes como menta, hinojo y cilantro.
  • No comer en exceso – En la medicina china, comer en exceso enfatiza el bazo, que es responsable del buen funcionamiento del sistema digestivo y de transformar los alimentos en energía conocida como qi (nuestra energía vital). La falta de armonía del bazo provocará síntomas como fatiga, metabolismo lento, retención de líquidos, heces sueltas y sensación de pesadez. Intenta no sobrecargar tu plato con porciones grandes.
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