Toda la semana te contamos qué es el Kéfir y qué beneficios trae a tu organismo. Hoy te decimos cómo hacer tu propio cultivo en agua y lograr un jugo fresco y levemente dulce.

Utilizá un recipiente de vidrio, lo ideal es que sea de boca ancha. En cuanto al tamaño, tené en cuenta que el líquido no debe ocupar más de 2/3 del envase, ya que necesita espacio para tener aire.

Colocá todo en este orden:
3 cucharadas de nódulos hidratados de kéfir: Para facilitar el proceso de colado, conviene guardar los nódulos en una bolsita de tela o gasa.
50 gramos de azúcar: recomendamos usar azúcar integral mascabo (5 cucharadas soperas colmadas), para realzar el sabor de este jugo. Tranquila, el azúcar es mayormente consumida por los nódulos, el resultado es una bebida con una pizca de dulzor.
2 higos secos troceados: También pueden usarse dátiles, pasas de uva u otras frutas secas. Su función es neutralizar la fermentación alcohólica y saborizar.
1/2 limón entero: lavá bien un limón, lo cortás a la mitad y listo. No hace falta que lo exprimas ni que lo cortes en pedacitos.
1 litro de agua pura: Evitá agua clorada o de origen dudoso. Es importante que uses siempre agua segura. Si tenés tiempo, podés hacer agua solarizada:  colocá agua en un frasco de vidrio y cerralo con un pedacito de tela y una bandita elástica, para que se airee sin que entren insectos. Dejás el frasco al sol desde la mañana hasta la tarde, y listo!

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Proceso de cultivo:
Revolvé bien con un cucharón de madera o plástico, pero nunca de metal.
Tapá el frasco con una tela, sujetada con una bandita elástica, y dejalo 24 horas en reposo en un lugar templado (lo ideal es una temperatura de 20 grados) y protegido de influencias negativas (campos electromagnéticos, wifi, etc).

Si bien el cultivo suele hacerse en la cocina, a veces un rato de exposición a la luz del sol ayuda a la actividad de los nódulos.

Pasadas las 24 horas, revolvé de nuevo y dejalo macerar por otras 24 horas (estos tiempos varían con la temperatura ambiente).
Finalmente, extraé los nódulos, descartá lo que creció y guardá el resto para empezar otro cultivo.
Colá el jugo que lograste, exprimí el limón y envasá todo en una botella. El resultado final del cultivo tiene que ser siempre una bebida apenitas dulce y un poco ácida también.
El crecimiento de nuevos nódulos en el cultivo es el mejor indicador de que están fermentando bien y de la calidad del cultivo. Si no aumentan un poco en cada cultivo, algo se está haciendo mal o alguna sustancia está afectando a los nódulos.
Como el kéfir de agua es más rico fresco, te recomendamos guardarlo en la heladera. Si se tapa la botella con un corcho, vas a lograr gasificar el jugo.

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